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La Princesa de Asturias hará la Comunión como una niña más: no como la Heredera de la Corona, sino como Leonor, dado el carácter privado del sacramento. Comulgará un día lectivo y no el tradicional 30 de mayo (día de San Fernando por Fernando III, Rey de Castilla y León); junto a sus veinte compañeros de clase y no sola como única protagonista del acontecimiento; uniformada y no llevando el vestido de organdí y la diadema de flores; situada por orden alfabético (la Princesa podría estar sentada en segunda fila) y no en razón a su condición real, y en una parroquia designada por el colegio y no en la ermita del Palacio de la Zarzuela. No habrá por tanto distingos como es deseo personal de sus padres, los reyes Felipe y Letizia.
En consonancia con esta decisión, no se difunfirá ninguna fotografía oficial de la Princesa de Asturias ni se facilitará información alguna acerca de la ceremonia. Pero no faltarán fotos del gran día de la princesa Leonor, al margen de las llamadas privadas, que llenarán los álbumes familiares de los comulgantes y sus familiares. Podremos ver la llegada y la salida de la Princesa y de los demás miembros de la Familia Real, que vuelven a reunirse al completo casi un año después de la proclamación, debido a que todos los asistentes accederán al templo por la misma puerta principal. Los alumnos regresarán al centro una vez concluya la ceremonia, pero esa tarde la Familia Real celebrará la Comunión en el Palacio de la Zarzuela.